La familia que me tocó vivir.
La familia con la que me tocó vivir no la escogemos, es como una tirada de póker con esas cartas nos tenemos que “armar” o construir la mejor jugada que podamos.
La familia en la que nos vamos a formar, a construir como personas, siempre es una familia que tiene virtudes y defectos, es una familia que funciona (le llamamos funcional) o que tiene determinada problemática (le llamamos disfuncional).
En esta familia las virtudes y defectos del sistema familiar, es decir de la integración entre todos los miembros y en muchos niveles, el emocional, relacional, cognitivo, etc. Nos va a afectar (por eso llamamos afectos a lo que nos sucede en las relaciones). Nos va a influir para bien y para mal, para aprovechar oportunidades y para enfrentar los desafíos. Es una gran oportunidad para crecer como seres humanos y en nuestras inteligencias diversas que en ese “caldo de cultivo” podremos o no desarrollar, pues también cuentan nuestras habilidades personales como la sensibilidad, inteligencia, capacidad de relación, desarrollo emocional, etc.
En esta familia todos tenemos asuntos pendientes, que cuando niños(as) no tuvimos oportunidad de sortear o no tuvimos la habilidad para desarrollarnos, o que francamente al no tener herramientas, no supimos cómo resolver la problemática en la familia que me tocó.
En el taller Encuentro con nuestros padres, nos dará la oportunidad de aprender algunas herramientas, para no repetir en la familia que hoy estoy formando con mi esposa e hijos y no cometer los mismos errores, esta es la posibilidad que tenemos, de reencontrarnos con nosotros, con nuestras capacidades que permitan relacionarnos de una manera amorosa, constructiva, que nos facilite ir hacia la vida, hacia el amor.
Paco Ramos 19 de abril 2023